Coloca en un recipiente una cucharada de miel. Incorpora lentamente la clara de un huevo.Bate suavemente hasta obtener una pasta cremosa y semilíquida.
Aplícala sobre la piel del rostro, especialmente en las zonas más flácidas y dejala actuar apróximadamente unos 20 minutos. Enjuaga con abundante agua tibia.
Hazlo unas 3 veces por semana y verás los resultados.